Historia
Fecha de fundación: 08 de diciembre de 1748
Nombre del fundador: Don José Fernando de Mier y Guerra
Reseña histórica:
Aspectos Históricos:
El enfoque histórico de la actual Chimichagua debe hacerse de acuerdo a las cuatro fases de la historia de Colombia.
PRECOLOMBINA: Este período comprende desde la época de resurgimiento de la comunidad aborigen hasta el momento que son víctimas de la invasión europea en el siglo XV, en esta época la gran familia que existía en Colombia era la de los Chibchas, con similitudes a los Incas del Perú así como los Mayas y Aztecas de México. Al norte y centro de la nueva granada habitaron los Chibchas y los Caribes con grupos como los Guajiros, Chimila, Tairona, Koguis, Cunas, Sinúes, Quimbayas y Opón, entre otros.
PRESENCIA DE LOS CHIMILAS EN EL SIGLO XVIII: Dícese de los aborígenes Chimilas así como las otras tríbus descendientes del Caribe, que habitaron aproximadamente desde el año 500 el país de Pocabuy conformado por los que constituyen los Departamentos de Bolívar, Magdalena y Cesar. La provincia de los Chimilas en esta región fue descubierta por García de Lerma, luego atravesada por Gonzálo Jiménez de Quesada y sus tropas. Con la ocasión de la expedición de Quesada se dice que la Provincia Chimila quedaba a cuarenta leguas de las faldas de la provincia de los Caribes y en efecto la tribu alcanzó a extenderse sobre todo el inmenso terrritorio entre los ríos: Magdalena, Cesar, Ariguaní y la Ciénaga de Zapatosa. Vecinos de los Chimilas se encontraban grupos tan importantes como los Taironas, los Arhuacos, los Bondas Posihueica y los Malibúes que comprendían un sin número de pueblos indígenas relacionados. A partir de la conquista los Españoles empezaron a hacer sus primeros contactos con nuestros aborígenes e indígenas y desde entonces el grupo Chimilas comenzó a perder aceleradamente los terrenos en los cuales se asentaban y se dieron igualmente una serie de procesos: Descensos demográficos en la población, reorganización de terrenos y cambios en la base económica, afectando la totalidad de la cultura. Sin embargo este contacto no adquirió todo su dramatismo sino que en el siglo XVIII, por efecto de la guerra que los indígenas sostuvieron con los españoles durante toda una centuria, el orden social Chimila se empezó a desintegrar lentamente. "Los pocos campesinos indígenas Chimilas de esa época se encontraban dispersos en varios asentamientos, distribuídos sobre espacios bastante amplios; siendo los tres principales asentamientos San Ángel, el difícil Ariguaní y Chimichagua en el Departamento del Magdalena hoy Cesar. Por supuesto que ya esta tierra Chimichagua no pertenecía a los Chimilas. De su organización social no quedaban sino resagos, ya sin ninguna importancia. Los Chimilas del presente son pocos y se encuentran en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta".
Tradicionalmente se ha tenido la creencia de que Chimichagua fue fundado por el Español Don José Fernando de Mier y Guerra, quién llegó navegando por el río Cesar y Ciénaga de Zapatosa siendo las 9:35 a.m., el día 8 de Diciembre de 1748, y bautizado con el Nombre de ¨Nuestra Señora Purísima Concepción de Chimichagua¨, pero lo que él hizo, fue recordar la fundación pues ya nuestros territorios estaban habitados por los nativos y las primeras familias. Llegó a estas tierras magdalenenses en una expedición de españoles, siendo vadillo uno de ellos quién abrió trochas por aquellos parajes y encontró el nombre de ¨Chimichagua¨, el cual no sufrió ninguna modificación. Más tarde recibió las distinciones de ¨Nuestra Señora de la Concepción¨, tomando posesión del territorio en nombre de la corona española, siendo el rey en ese entonces Felipe V. En esa época Chimichagua perteneció a San Vicente Ferrer de la Nueva Saloa.
En ¨Genealogías de la Costa Atlántica¨, obra inédita de Guillermo y Alonso Hernández de Alba, encontramos el siguiente dato de don Fernando: ¨Doña Juana de Mier y la Torre se casó con su primo hermano Don Fernando de mier y Guerra, nacido en el lugar de mier, hijo de Don Dionisio de Mier y la Torre, mayor y señor de la casta de su apellido y de Isabel Guerra de Mier, casado con su prima, Doña Juana Bartola de Mier y la Torre; en el año 1737, reinando la península el rey Felipe V.
Necesitando guerreros valerosos, escogió entre su nobleza a Don Fernando de Mier y Guerra quien llegó con el título Maestre de Campo, quien había ganado contra los moros en la costa de la Tierra Firme. Hizo su entrada a Colombia por la ciudad de Nuestra Señora de los Remedios del Río y las Hachas, hoy Riohacha. En el año de 1739, el 12 de Mayo, fue nombrado Gobernador de Santa Marta, confirmado por el Virrey Eslava de Cartagena. Al 26 de Octubre de 1743, desempeñó este cargo hasta 1764, habiendo realizado muchas obras de importancia pero inesperadamente falleció su esposa, Doña Juana Bartola en la ciudad de Mompóx, el día 16 de diciembre de 1771.
Sin dejar hijos de su matrimonio, Don José Fernando dejó por heredero de sus vienes a su sobrino Don Gonzálo José de Hoyos, primer marqués de Torres – Hoyos. Desempeñó a la perfección y pulcritud todos sus actos. En cada documento en que se perfilaban las ciudades y atenciones que fueron necesarias para el desarrollo y fomento de aquellas poblaciones que Don Fernando amamantó con su vigor y diligencia, se ven las huellas de su espíritu generoso y gentil, de ahí que le dieron carta blanca en el gobierno y manejo de la provincia. El día 24 de Enero de 1780 murió don Fernando dejando en manos de su sobrino Don Gonzalo de torres – Hoyos aquel hermoso legado de acuerdos.
El sitio de Chimichagua comenzó a tener aumento en el comercio, igual que Mompóx. El Valle y Pueblo Nuevo, por agua como por tierra, conducía los ganados para Mompóx y Cartagena. Eran copiosos sus playones para cría de ganado; sus sabanas amenas y sus montañas muy fértiles para las labranzas, y estos vecinos son los que más se dan la mano con la nación Chimila por la tierra confinante y muy avanzada de ellos en el verano. Esta fundación es la que hace traficable el dicho río del Cesar y los caminos de tierras, pues debiendo de labrar y hacer sus montarías sobre el lado de los Chimilas con el continuo tráfico y encuentros con ellos, les han contenido tanto el orgullo, que ya no experimentan tantas hostilidades. A este fin están dirigidas las demás fundaciones que se han planteado en las orillas del río Magdalena, donde eran continuas las innovaciones de los Chimilas. Y como en el presente gobierno del Excelentísimo Marqués de Villar estuviesen perfeccionado estos dos sitios y sus iglesias, pidió el Señor Maestre del Campo al ilustrísimo señor Don José Javier de Araus, dignísimo Obispo de esta provincia, se sirviese de proveer cura, por lo que su Señoría Ilustrísima proveyó el curato de interinidad y a instancia y solicitud de dicho Maestre del Campo se sirvió su Excelencia de proveer justicia ordinaria para cada uno, como de los demás situados en la jurisdicción de Tamalameque, pues tenían su Teniente de Alcalde Pedáneo.